martes, 14 de mayo de 2013

LA MUERTE Y EL MUNDO DE LOS ESPÍRITUS



LA MUERTE Y EL MUNDO DE LOS ESPÍRITUS por Fernando Illanes:El Nacimiento y la muerte están íntimamente entrelazados, cada una define en función a la otra. En primer lugar, hemos nacido para morir y morimos para vivir. El nacimiento mortal equivale a la muerte en lo que respecta a nuestra vida preterrenal: morimos porque abandonamos una vida de naturaleza diferente a la que viene (la vida terrenal) y así es como entramos al reino de la mortalidad. De este modo, hemos pasado de la "eternidad" al "tiempo medido" (Alma 40:8). En segundo lugar, después de haber sido separados de la presencia del Padre a través del nacimiento de nuestro viaje de la presencia divina a este mundo caído y por lo tanto morimos conforme a las cosas de la justicia, estamos en la necesidad de un nuevo nacimiento. Utilizando el lenguaje de Pablo, debemos crucificar al viejo hombre de pecado y salir a una vida nueva (Romanos 6:6) con el fin de ir a donde Dios y los ángeles moran. Por último, hay que ir más allá de este velo de lágrimas a heredar una mayor y más grandiosa existencia, es muriendo que nacemos a la vida eterna. En la muerte física dejamos los reinos del "tiempo medido" y volvemos a los de "toda la eternidad."











La realidad más cruda de la vida es la muerte. La muerte es un tema que genera miedo, incluso terror en los corazones de la mayoría de la humanidad. Es algo que tememos, algo que nos asusta bastante, y de la cual la mayoría de nosotros quisiéramos poder huir si pudiéramos. Se trata de una comunidad universal, la única cosa que todos los mortales tienen la misma reacción, esto a pesar de la condición terrenal y logros así que tanto el rico como el pobre la temen. Cada hombre o mujer nace y todo hombre y mujer debe morir. Todos nacen como niños indefensos, y todos son igualmente impotentes frente a la muerte. Incluso entre aquellos que ven la luz del evangelio, la muerte es vista frecuentemente con temor y temblor. José Smith enseñó que "el Señor en su sabiduría había implantado el miedo a la muerte en todas las personas para que puedan aferrarse a la vida y así cumplir con los designios de su Creador." (Enseñanzas del Profeta José Smith pag.76)







La ruptura de los lazos fraternales y familiar a causa de la muerte es de todas las cosas la más dolorosa para los que permanecen, trayendo consigo una avalancha de soledad y la tristeza. Tales son los sentimientos, incluso de los hombres y mujeres de fe. El que tiene la visión panorámica y la perspectiva más amplia de la vida y la muerte es consciente de tales agonías. El Dios de todos nosotros, ha dicho: "Viviréis juntos en amor, al grado de que lloraréis por los que mueran, y más particularmente por aquellos que no tengan la esperanza de una resurrección gloriosa." (D & C 42:45).


Los amargos inviernos de la vida pueden encontrarnos caminando solos. Durante estas épocas de frío y de oscura soledad, nos envolvemos en el abrigo de la fe y de su perspectiva y nos calientan por los recuerdos preciosos y, de continuar así podremos ver las cosas como Dios las ve. "Estimada ante los ojos de Jehovᨠ-dice la sagrada escritura- ¨es la muerte de sus santos." (Salmo 116:15). "Bienaventurados los muertos que de aquí en adelante mueren en el Señor" porque ellos "descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen." (Apocalipsis 14:13).
La transición del tiempo medido (Mortalidad) a la eternidad es inmediata. A medida que el cuerpo físico respira su último aliento, el ser espiritual pasa por un fino velo que separa este mundo del otro. En palabras del Apóstol Parley P. Pratt:. "El tabernáculo exterior, habitado por un espíritu, regresa al elemento del que emanaba pero el ser que piensa, él, principio activo individual o de identidad que habitó ese tabernáculo, nunca dejó de existir, de pensar, actuar, vivir, o de ser un ser, nunca dejó de ejercer sus simpatías, afectos, esperanzas y aspiraciones, que se fundan en la naturaleza misma de las inteligencias, que son los principios inherentes e invaluable de su existencia eterna. " (Una Voz de Amonestación pag. 124 Parley P. Pratt) Los poderes del intelecto y los sentimientos del corazón residen en el espíritu del hombre, o lo que se llama más frecuentemente el alma. (Véase 1 Nefi 15:35;. Mosíah 14:10; Alma 36:15, 40:7, 11-14, 18, 21, 23, 42:16, D & C 101:37;.. Abr 03:23)
¿Y a dónde va el espíritu del hombre al morir? Al Mundo de los Espíritus y, ¿Dónde está el Mundo de los Espíritus? José Smith enseñó: "Los espíritus de los justos son exaltados a una mayor y más gloriosa obra, por lo que ellos son bendecidos en su partida hacia el mundo de los espíritus." El Profeta añadió que "no están lejos de nosotros, y conocen y entienden nuestros pensamientos, sentimientos y movimientos, y a menudo sufren por esto." Al hablar de la cercanía del mundo de los espíritus, Parley P. Pratt escribió que "es aquí en el planeta que nos vio nacer donde está." Continuando, explicó: "La tierra y los otros planetas de una esfera similar, tienen sus esferas internas o espirituales" o en otras palabras tienen su espíritu así como el hombre y cada creación de Dios lo tiene, y así como el espíritu del hombre se posesiona de su tabernáculo físico, así la Tierra también es posesionada por su propio espíritu y a lo igual que un médico al operar a una persona, éste no ve algo en el cuerpo abierto de lo que se llama espíritu pero que por cierto si está ahí. Lo mismo es con este mundo, por más que lleguemos al centro de la Tierra no podremos ver lo que se llama el Mundo de los Espíritus. Este mundo ha sido creado con el objetivo de ser el escenario de toda la vida probatoria de los hijos de Dios y es por eso que el hombre al morir no deja este mundo, sino que su espíritu va a permanecer en espera al Juicio en el espíritu de la Tierra o en otras palabras El Mundo de los Espíritus. Un velo es... trazado entre la esfera y la otra, por lo que todos los objetos en la esfera espiritual se vuelven invisibles para los del tiempo medido.





Por Fernando Illanes.