martes, 7 de enero de 2014

¿SE CASÓ EL SEÑOR MIENTRAS MINISTRÓ AQUÍ EN LA TIERRA?



Las santas escrituras testifican y no dejan la más mínima duda que la divinidad de Jesús no comenzó en su vida terrenal. En Juan capitulo 1 los primeros versículos nos habla que Jesús llamado aquí como el Verbo, estaba en el principio junto a Dios y que Él también era Dios. El Cristo resucitado es un Dios junto al Padre Celestial y casi todo el Nuevo Testamento testifica eso. Entonces los Santos de los Últimos Días como verdaderos cristianos, creemos que la Divinidad de Cristo es eterna y Él fue, es y siempre será Dios.

El estatus de Deidad y vida que tienen Dios el Padre y el Hijo se llama exaltación y a esto competentemente aspira el hombre pero para ello “el hombre tiene que entrar en este orden del sacerdocio [es decir, el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio]; y si no lo hace, no puede alcanzarlo.” (D&C 131:2-3) Por lo tanto si el hombre quiere llegar a ser como Dios, éste deberá casarse por el poder del Santo Sacerdocio y de no ser así entonces éste no podrá alcanzarlo.

Al saber ésta doctrina básica verdadera, algunos han llegado a la conclusión de que nuestro Señor Jesucristo que hoy sigue siendo un Dios, tuvo que haberse casado inevitablemente en su vida terrenal ya que siempre enseñó con el ejemplo. Dejó bien en claro que para entrar en el Reino de los Cielos el hombre debe “nacer de nuevo” por el bautismo y demostrando una condescendencia decidió bautizarse sólo para darnos el ejemplo y no para limpiar pecados, pero lo hizo.

Es una lógica espiritual que nuestro Señor Jesucristo sabe y conoce todas las cosas que sus hermanos llegamos a conocer y experimentar en esta vida precisamente para incentivarnos a que cumplamos lo establecido por los Cielos. Entonces para muchos [por no decir todos] les cuesta creer que Cristo no haya enseñado a favor del cumplimiento del mandamiento del sagrado matrimonio. Sabemos por testimonio del Apóstol Juan que no se han escrito todas las cosas que hizo y enseñó el Señor porque no cabrían tantos libros en el mundo. (Juan 21:25) Por lo tanto el Señor enseñó a favor del matrimonio y no sólo se limitó a decir “lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre.” (Marcos 10:9) Sino que también enseñó mucho más que sólo eso.

Se sabe por historia y registros que en el Judaísmo no se permitía ejercer ningún liderazgo espiritual o religioso sino hasta tener 30 años o más y gozar del sagrado matrimonio, puesto que el Judaísmo siempre reconoció el matrimonio como el primer acto sagrado que Dios hizo con Adán y Eva, y nadie que no conociera las responsabilidades maritales podría entender a Dios. Por lo tanto siendo el pueblo Judío de gobierno religioso estableció como ilegal el acto de liderar a adeptos religiosos sin tener cónyuge. Entonces es a partir desde aquí que comienzo a creer que Cristo sí se casó aquí en la Tierra. Quiero que lo expresado se lo tome como lo que es; Mi opinión personal, MÁS NO UNA CERTIFICACIÓN DE DOCTRINA OFICIAL DE LA IGLESIA.

Yo firmemente creo que Cristo si se casó en su vida terrenal. Muchos de los que creen lo mismo afirman que se casó para poder tener la divinidad completa que tiene nuestro Padre Celestial, más yo no creo por eso. Nefi diría acerca del porqué se bautizó el Señor, dejando en claro que lo hizo no por necesidad sino por darnos el ejemplo; “…¿No sabéis que era santo? MAS NO OBSTANTE QUE ERA SANTO, él muestra a los hijos de los hombres que, según la carne, él se humilla ante el Padre, y testifica al Padre que le sería obediente al observar sus mandamientos.” (2 Nefi 31:7) Yo afirmo en lo mismo para creer que el Señor no necesitaba del Santo Matrimonio para gozar la divinidad que Él hoy tiene pero que sin embargo lo hizo para cumplir todo lo que el Padre mandó a todos Sus hijos, porque “¿No sabéis que era santo? MAS NO OBSTANTE QUE ERA SANTO, él muestra a los hijos de los hombres que, según la carne, él se humilla ante el Padre, y testifica al Padre que le sería obediente al observar sus mandamientos.” (2 Nefi 31:7) Así que quiero descartar la idea que el Señor se casó para poder recién gozar de la divinidad.

Yo creo que el Señor se casó porque llegó a amar a una mujer y que ésta lo amó también y no tengo ninguna duda que el Señor supo divinamente amarla sin necesidad de desatender su obra y ministerio. Los Escribas, Fariseos, Saduceos y Doctores de la Ley Moisés andaban siempre pendientes de cualquier acto de Jesús que fuera ilegal para poder condenarlo, pero nunca le encontraron nada ilegal ni tendiéndole trampas, sino que recurrieron al falso testimonio para poder arrestarlo, sin embargo si Cristo hubiera sido soltero y mientras era un maestro rabí, toda la jauría de enemigos de Cristo hubieran podido fácilmente arrestarlo y condenarlo pero no lo hicieron y yo creo que es a raíz de que él estaba casado, y ¿con quién? Yo creo que con María Magdalena.

¿Quién era esta María Magdalena? Ella fue honrada como la primera en ver al Cristo resucitado. El relato es breve, pero sabemos que ella era una mujer influyente de la ciudad de Magdala, una de las varias mujeres que dieron fidelidad, lealtad y dedicación a la misión de Jesús. Las Escrituras nos dicen que ella estaba junto a la cruz cuando los demás, incluso los apóstoles, huyeron lejos. Cuando Jesús le pidió a Juan que llevara a su madre lejos, María Magdalena permaneció al pie de la cruz. La alta estima en la que los escritores de los evangelios la sujetaban se evidencia por el hecho de que ella es mencionada más veces por su nombre que incluso la misma madre del Señor María.

María parece haber sido profundamente agradecida a Jesús por haberla purgado de siete demonios. ¿Cuáles fueron esos "siete demonios"? Podrían haber sido malos espíritus, o que podría haber sido víctima de epilepsia. Lo que afligía a María, Jesús lo sanó. Pero Jesús sanó a muchos, incluyendo a los diez leprosos, nueve de los cuales ni siquiera volvieron a darle las gracias. La curación por sí sola no hace conversos. La fe de María debe haber sido basada más en gratitud, porque, si bien no hay ningún relato de cómo llegó al conocimiento, ya que parece haber sabido exactamente quién era Jesús. Inmediatamente después de su curación, aparece en las Escrituras como una mujer totalmente convertida.

Por desgracia, desde la época medieval María ha sido muy difamada. Su nombre, "Magdalena", ha llegado a significar "prostituta reformada", y los artistas la han representado en varias ocasiones como una mujer inmoral conducida al Salvador de sus pecados. Todo esto ha ocurrido porque los eruditos bíblicos, comenzando en el siglo IV, optaron por identificarla con la mujer pecadora sin nombre de Lucas 7:36-50 que lavó los pies de Jesús con sus cabellos. La primera mención de María Magdalena en Lucas 8:02sigue de cerca el relato de la mujer pecadora, pero no hay razón para suponer que las dos mujeres son iguales. Y lo que es más, los primeros cristianos no consideraban a María como una prostituta reformada. A la luz de este hecho, creo que es seguro asumir que María Magdalena no era una prostituta.

Esto no quiere decir que Jesús no pudo haber extendido su misericordia a una prostituta y le convirtiera en una discípula y amiga cercana. Por otro lado, ninguna selección de escrituras que pueda impugnar la castidad de María Magdalena, existe. Porque Jesús interactuó libremente con María, Marta, María Magdalena, y muchas otras mujeres de una manera que los judíos de su tiempo habrían considerado de impropio y muy inadecuado a menos que estuviere casado. Que el Señor se haya casado con María Magdalena es sólo mi opinión personal y nada en la Escritura refuta esa idea, pero tampoco nada la sustenta directamente. En las escrituras se presenta al menos como una amiga muy cercana del Salvador y como una mujer de gran fortaleza. Su amor nunca vaciló, y su fe la llevó a través de las oscuras horas de la crucifixión.

Cuando los demás huyeron, ella se quedó a pesar de que ser reconocido como amigo(a) de Jesús en ese momento era correr el riesgo de pasar por la misma condena que Jesús y es por eso que se escondieron y hasta Pedro negó conocerlo. (Juan 19:25) En la aun oscura madrugada, María Magdalena fue a honrar el cuerpo del Señor con especias. (Juan 20:1) Las otras mujeres al ver el sepulcro abierto y vacío corrieron a avisar a los Apóstoles, sin embargo a María Magdalena le destrozó más su moribundo corazón la idea que habían robado el cuerpo del Señor y se quedó a llorar desconsoladamente a exigir respuestas y ayuda al hortelano. (Juan 20:1-15) Cuando los dos apóstoles salieron de la tumba, ella se quedó. (Juan 20:1-10) Cuando los ojos de los demás vieron vacío el sepulcro, ella vio a los ángeles, y fue ella quien descubrió por primera vez al Cristo resucitado. (Juan 20:1-12) Fueron los oídos de ella, los primeros en escuchar palabras dichas por aquel Maestro que tanto amó y que 3 días antes lo vio morir crucificado. (Juan 20:15) Aunque sus Doce Apóstoles eran sus amados servidores, fue a ella a quien primero se apareció. (Juan 20:1-16) Ella fue la primera en recibir consuelo del Cristo resucitado. (Juan 20:1-16) Cuando los Apóstoles después le vieran al Señor resucitado en medio de ellos, ellos se asustaron y abruptamente escaparon unos metros del Señor, sin embargo María al verlo su reacción fue inmediatamente de inmenso gozo y se abalanzó sobre el Señor para abrazarlo diciéndole “Raboni” que es lo mismo que Rabí o Maestro sólo que dicho con mucho amor y cariño (Lucas 24:36-38 ; Juan 20:16) y ni siquiera sus Apóstoles le decían así porque esta manera de hablar era propia de una mujer cariñosa hacia un hombre. Su recompensa no era más que una corona de gloria, sino un conocimiento más detallado de las cosas divinas y una comisión sagrada. Ella, que había estado llevando las especias a una tumba ahora las había tirado a un lado sus ungüentos inútiles y llevó la gloriosa noticia: "He visto al Señor" siendo así la primera testigo especial de la realidad como ser resucitado del Señor y siendo así la primera sobre todos en dar testimonio de que Él estaba vivo y esto porque Él se lo pidió, sí, se lo pidió a ella y no a un Apóstol para que sea el primer ser en testificar la resurrección del Señor.

Es por esto y por emociones personales que creo que Cristo sí se casó en esta vida [pero no porque lo necesitara para ganar la exaltación] y fue con María Magdalena. Sé que saber de que si el Señor se casó o no, no influye en nuestra salvación, pero sí influye y mucho en que El Señor cumplió con todo para darnos el ejemplo.
Pero ésto sólo es mi opinión personal y no doctrina oficial de la Iglesia.

(Mera Teología de Fernando Illanes, El Ministerio de Cristo ©)

miércoles, 30 de octubre de 2013

EXPIACIÓN; UNA DOCTRINA MÁS CLARA GRACIAS A LA RESTAURACIÓN Por Fernando Illanes ©




Esta época que vivimos en Sudamérica es casi tan parecida políticamente a los años 70, cuando el Socialismo y Comunismo era un tema latente y comúnmente escuchado y visto en los noticieros. Antes que comenzara el siglo 19 Karl Marx quizá el mayor personaje influyente del Comunismo y Socialismo dijo; “La religión es una forma de alienación porque es una invención humana que consuela al hombre de los sufrimientos en este mundo, disminuye la capacidad revolucionaria para transformar la auténtica causa del sufrimiento que hay que situar en la explotación económica de una clase social por otra, y legitima dicha opresión. La religión suele tomar partido, pero no por las clases desfavorecidas sino por la clase dominante, perpetuando a ésta en el poder. La religión es el suspiro de la criatura agobiada, el estado de ánimo de un mundo sin corazón, porque es el espíritu de los estados de cosas carentes de espíritu. La religión es el opio del pueblo. La esperanza de un reino en las nubes y superior a cualquier reino en la Tierra, persuade a la clase agobiada a no exigir igualdad a los que mezquinan las riquezas de esta Tierra de la que todos somos ciudadanos. No es Dios quien crea al hombre sino el hombre a Dios." (Karl Marx, Crítica de la filosofía del derecho de Hegel)


Hoy nuevamente con más énfasis se habla del “Imperialismo” y el “Capitalismo” como su fruto y quienes enérgicamente debaten esto siempre restan importancia al valor de las almas tal como el Señor lo desea (D & C 18:10)

Quienes apoyan y viven el Comunismo o Socialismo, es incoherente decir que no están de acuerdo con Karl Marx por lo tanto me gustaría imaginar una posible charla que tendrían dos misioneros Élderes con un comunista o socialista y la cual podría ilustrarnos como es;

“Jesús nos rescató. Él pagó nuestra deuda ", testificó un Elder, como lo había hecho muchas veces en muchas clases con muchos investigadores.

De repente, este particular investigador, lo sorprendió impulsivamente, "¡Eso es el mayor montón de tonterías capitalista que he escuchado!"

El misionero y su compañero se sentaron con un silencio atónito. Nunca se habían encontrado con una respuesta semejante. Continuó el investigador, "Toda esta charla de la deuda y el rescate suena totalmente norteamericano para mí. Todo tiene un precio. Todo tiene que costar dinero. Incluso la salvación tiene que ser pagada, y ha sido pagada por un intermediario que ofrece una sociedad a cambio de otro costo. Toda la historia de Jesús, el sufrimiento, no es más que un complot capitalista”.

Los Elderes trataron de hablar, pero antes de que pudieran decir una palabra, el hombre siguió adelante, diciendo: "Si Dios existe, Él debe ser muy malo y despiadado para exigir la muerte de alguien como el precio de la salvación, sobretodo alguien que no era incluso culpable. Y si Jesús es el Hijo de Dios, Dios tiene que ser un padre bastante cruel para dejar que lo haga”.

No sabían que decir, los misioneros dejaron la enseñanza con una sensación de desaliento y confusión. En los siguientes días ellos discutieron los puntos de vista del hombre. ¿Será verdad que la historia de la humanidad está en deuda con Dios o simplemente estaba inventado y perpetuado por las iglesias cristianas, para que las personas se sujeten a sus normas y éstas ganaran? Ya que no habría mejor manera de asegurar donaciones financieras sustanciales como estar constantemente diciéndole a la gente lo deudores que eran.




¿Y por qué Dios requiere el sacrificio de Jesús? ¿Cómo se paga esta deuda? Jesús oró humildemente: "No se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lucas 22:42), pero ¿por qué era su sufrimiento infinito y su horrible muerte la voluntad de Dios?

Dios es el que colocó a Adán y Eva en el Jardín del Edén, y luego permitió que Satanás los engañara, así que ¿eso no hace que Dios sea en parte responsable de la caída? ¿Por qué tuvo la culpa de Adán y Eva? Y si alguien tenía que sufrir para restaurar a la pureza, ¿por qué envió a Jesús? ¿Por qué Dios no lo hizo Él mismo?

Podemos sentirnos felices una vez más por ser ‘mormones’. Preguntas como éstas han desconcertado a muchos religiosos y sus líderes desde hace años, pero a nosotros no nos desconciertan.




La restauración del Evangelio no es un recuento de las mismas viejas historias. Fue una restauración de toda la verdad que rodea las historias con propósito y perspectiva. Fue la restauración de verdades imprescindibles para entender y conocer a Dios.

La historia de la creación no era nueva. Sin embargo, la restauración añade el conocimiento de la existencia preterrenal. Ahora la gente puede entender por qué Dios necesitaba crear un mundo para sus hijos del primer estado.




La historia de la caída no era nueva, pero la Restauración añadió el conocimiento de una probación terrenal. Ahora la gente puede entender qué la decisión y elección Adán y Eva fue sabia y prudente en vez de egoísta y pecaminosa, y por qué las consecuencias, aunque difíciles, son necesarias para el progreso del hombre. Ahora la gente puede entender que Dios no estaba culpándolos o castigándolos, más bien en última instancia, ayudándolos. También la gente entendería que no hay nada ante Dios que lo sorprenda y lo obligue a buscar un “plan B” y esto debido a que con la Restauración se sabe que La Caída fue preordinada y premeditada.




La historia de la Expiación no era nueva, pero la Restauración añade el conocimiento de las leyes eternas y el mundo espiritual. Ahora la gente podía entender la razón de las normas y de cómo las oportunidades para tomar decisiones correctas se ofrecen muchas veces antes de que se dicte una sentencia firme. Los Santos de los Últimos Días somos los únicos en nuestra comprensión de que hay ciertas cosas que ni siquiera Dios puede traspasar. No nos puede aniquilar. Él no puede quitar nuestro albedrío, y él no está exento de cumplir leyes, como la justicia y la misericordia que magníficamente se concilian sólo gracias a la inigualable genialidad de Dios"




Alma enseñó: "La obra de la justicia no podía ser destruida; de ser así, Dios dejaría de ser Dios." (Alma 42:13). Dios es Dios, no sólo porque Él es el dador de la ley (D & C 88:42), sino porque Él mismo la cumple.

Así que Dios no es el enemigo, Él está obligado por la ley de la justicia a que se cumplan castigos por leyes rotas. Así que la ley de la justicia es el enemigo de nuestro hombre sensual carnal y diabólico.




Pero si la justicia es el fiscal de nuestro juicio, entonces Dios o es un ser débil o es un Dios que no nos ama lo suficiente como para no exigir en su condición de Supremo que simplemente se ignore nuestros pecados. ¿Puede la Justicia controlar a Dios? ¿Cómo puede ser el Todopoderoso, si no puede cambiar la ley o enfrentarse a ella, o al menos hacer algunas excepciones? Incluso en las leyes terrenales autoridades supremas como los presidentes de un país, pueden extender indultos abalados por la Ley.




Sabemos que Dios es Todopoderoso (véase Alma 7:8; 26:35), así que supongo que de alguna manera podría eliminar la ley, pero sin evitar el caos, y eso sería inaceptable y repulsivo para Él. Además de ser todopoderoso, Dios es omnisciente (Mormón 8:17; D & C 88:41). Se da cuenta de que conforme a la ley es la única manera que se puede mantener realmente la libertad, que es absolutamente esencial para nuestro progreso y felicidad.


Una de las mayores contribuciones del Libro de Mormón es la forma en que se aclara que la justicia no es un derivado de Dios. Más bien, es una inevitable esencia en la realización de un Dios. Cuando explicamos la Expiación como necesaria sólo como un medio para satisfacer las demandas de un principio inflexible llamado justicia, simplemente acentuamos uno de los atributos de Dios sobre todos los demás y pasamos por alto el motivo de Dios. Del mismo modo, si la misericordia o la compasión de Dios se le permitieran anular por completo todos los demás atributos, sería una maldición más que una bendición, ya que limitaría la libertad de elegir por nosotros mismos (Alma 41, 42). Sólo el Libro de Mormón presenta tanto la justicia y la misericordia en la perspectiva más amplia del albedrío moral. La libertad no puede existir a menos que tengamos la capacidad de actuar de forma independiente. Esta acción requiere el conocimiento y la presencia de alternativas reales completas con consecuencias reales (2 Nefi 2). La razón de ser de tal orden moral no es un ser omnipotente, impersonal, y cruelmente inflexible absoluto llamado justicia, sino más bien la protección de un marco necesario para la acción humana. No hay escape de las consecuencias de la ley destruyendo todo el orden moral del universo.


Si Dios hubiera decidido renunciar a los requisitos de la ley y nos dejara entrar en secreto por alguna puerta trasera del cielo, entonces el sufrimiento y la muerte de Jesús eran innecesarios. Tal no es el caso. Escrituras dicen que ninguna cosa impura puede morar con Dios (1 Nefi 10:21), así como un prófugo de la ley por escaparse de la cárcel, no puede volver a su casa con su familia. En Alma 61:15 leemos que " el Espíritu de Dios… es el espíritu de libertad." Dios y Cristo ambos sabían que era la única manera de salvaguardar la ley y hacer permanente la libertad posible. Dios está obligado cuando hacemos lo que Él dice (véase D. y C. 82:10), pero cuando no lo hacemos, Dios está también sujeto a no bendecir. Personalmente no creo en la frase “Dios nos bendice aunque no lo merezcamos”. De ser así Dios sería más misericordioso que justo y Dios no estaría cumpliendo con la Justicia y sabemos que eso significa que “Dios dejaría de ser Dios”. Lo que creo personalmente que es más justo decir es “Dios es tan generoso que cuando no merezco una bendición, me da más opciones de ganar otras bendiciones que compensan el mismo vacío que yo generé al no merecer una bendición”.




Jesús pagó la deuda no era una exigencia abstracta o simbólica hecha por Dios (o por una iglesia capitalista). Era una deuda muy real a la ley de la justicia. La Ley exige un castigo como pago por el pecado que se ha cometido (Romanos 6:23). El sacrificio de Jesús no fue hecho para apaciguar a un Dios vengativo. Si Dios el Padre pudiera morir por nosotros, lo habría hecho de seguro. Pero él ya tenía un cuerpo inmortal y no podía morir. Ni tampoco podía separarse de su cuerpo inmortal para nacer en un cuerpo mortal porque después de la Resurrección que tuvo en una eternidad pasada, ya que la ley universal que sujeta a la Resurrección dice que el espíritu y cuerpo no se separará nunca más. Tenía que ser realizada por alguien semejante a Él que todavía no tuviera un cuerpo de carne y huesos, y ese era Jehová que en la Tierra se llamó Jesús, sí, el mismo Jesús de Nazaret. La ley de la justicia, que no se preocupa por nosotros personalmente, no estaba preocupada por los que sufrirían, sino por las escalas de la ley que dan equilibrio y que hayan sido rotas, y que sus consecuencias deberían ser administradas para restaurar el orden. Jesús, estaba dispuesto a pagar esa pena con su sangre y vida y con ello comprar nuestra libertad. Ahora nos encontramos “en la libertad con que Cristo nos hizo libres" (Gálatas 5:1), no porque un ser humano sufrió para apaciguar a un Dios airado, sino porque un Dios amoroso sufrió para aplacar la justicia y garantizar la libertad. Ahora ese mismo Jesús salvaguarda nuestra libertad y por extraño que parezca, la clave de la libertad es la obediencia.




Quizás nos veamos tentado de hacer de Dios el enemigo. Leemos las Escrituras tales como Isaías 53:10, " Jehová (refiriéndose al Padre por el manto de autoridad que comparten) quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento," y creemos que Dios se deleitaba en el sufrimiento de Jesús. Leemos D & C 29:5, " soy vuestro intercesor ante el Padre", o D & C 38:4, "he abogado por ellos ante el Padre.", y nos da a suponer que Dios es el que está interesado en nuestra condena. Si ese es el caso, nos encontraremos murmurando como lo hicieron Lamán y Lemuel "porque no conocían la manera de proceder de aquel Dios que los había creado" (1 Nefi 2:12).




Leemos: "quisiera que recordaseis estas cosas, y que labraseis vuestra salvación con temor ante Dios" (Alma 34:37) sin recordar que EL TEMOR significa reverencia y respeto. Leemos acerca del "furor" y la "ira" de Dios (Deuteronomio 6:15, Efesios 5:6; Mosíah 3:26) sin recordar que ambas cosas son evitables por la misericordia gracias al pago de la justicia. Los mandamientos de nuestro Padre Celestial, las demandas, las normas, y el rigor con el que pide el cumplimiento, son vistos por muchos como evidencia de que Él es un Dios drástico, exigente e insensible, en última instancia, en realidad son la evidencia de su amor y cuidado por nosotros. Si nuestros niños al salir de su escuela están cerca de una avenida y no hay señales de advertencia, “rompemuelles”, semáforos y leyes de tránsito con multas y sanciones, nuestros niños e incluso nosotros los adultos seríamos atropellados sin intención por un descuidado conductor. La ciudadanía protestaría contra las autoridades municipales de ser pasivos y dormidos ante el peligro ciudadano en las calles. Lo mismo es con los mandamientos de Dios, son las señales de advertencia, “rompemuelles”, semáforos y leyes con multas y sanciones para cuidarnos de no ser atropellados por un malintencionado y alevoso Satanás.




Los que tienen ojos para ver, el amor de Dios se encuentra no sólo en el arca, sino también en la inundación. Se encuentra no sólo en elevar la ciudad de Enoc, sino también en la destrucción de Sodoma y Gomorra. Debemos ver que a través de estos actos de justicia, Dios estaba siendo misericordioso con los espíritus aún no nacidos que esperaban en la existencia preterrenal y mandarlos a un pueblo sin diluvio o sin lluvia de fuego sería condenarlos sin tener la culpa, a nacer en ambientes donde verían a sus padres cometer pecados, sólo que ellos no sabrían que eso son pecados sino que sólo son hábitos comunes con los demás y por ende algo normal y común. Pero la misericordia de Dios siempre se reflejó en la amonestación e invitación al arrepentimiento por parte de un profeta que Él enviaba para advertirles que Él los ama mucho pero que no puede ser un dictador en el universo y exigir por su poder que la Justicia no los reclame.




Dios no está interesado en lo que le hará agradable o más popular en este momento. Él se ocupa sólo de lo que es mejor. Cuando los hombres optan por ver a Dios como un Dios duro e insensible, es sólo porque aún no ven su perspectiva eterna y Su propósito eterno. El Libro de Mormón enseña que Dios y Jesús no hacen " nada a menos que sea para el beneficio del mundo; porque [ellos aman] al mundo " (2 Nefi 26:24). Alma cita a Zenoc quien dijo: "¡oh Señor!, con los de este pueblo, porque no quieren comprender tus misericordias que les has concedido a causa de tu Hijo."(Alma 33:16)




Cuanto más contemplamos la presciencia y omnisciencia de Dios y nuestras propias limitaciones, Satanás no dudará un solo segundo en hacernos sentir de alguna manera que Dios se está riendo de nosotros ya que Él sabe el fin desde el principio y por lo tanto Él sabe si me salvaré o no. Satanás nos hará imaginar a Él diciéndonos: "Estás tratando muy duro en este momento, pero nunca vas a ser capaz de mantener el ritmo." Y nos sentiremos como un pavo tratando de mejorar su vida, mientras que un avicultor lo ve y está contando los días para Navidad.




Dios no puede evitar amarnos. Es su naturaleza al amor perfecto e infinito. Él no puede dejar de amarme, no porque seamos precisamente obedientes o irresistibles, sino porque Él es perfectamente bueno. El amor es tan central en su carácter que las Escrituras realmente dicen: "Dios es amor "(1 Juan 4:08, 16). No importa qué tan deficiente y sin posibilidad de recuperación seamos, Dios no deja de amarnos. No importa cuántas pelotas dejemos caer cuando hacemos malabares en nuestra vida, la cantidad de falta de control de nosotros mismos, cuántos remordimientos llevo del pasado, aún así Dios no puede resistir amarnos. No importa lo que mi futuro podría llegar a ser, Él no puede resistir amarnos. Dios y Jesús no pueden resistir a creer en nosotros a pesar de que ya sepan por anticipado quién se salvará y quién no, así como un padre a su hijo que no sabe que está desahuciado por cáncer le promete regalos, viajes y gustos, le alienta a pensar en éxitos de una vida de adulto a pesar que sabe que éste no pasará un par de semanas. Dios no puede resistir a estar tan cerca de nosotros, porque Él es un padre perfecto. Si no conseguimos nuestra salvación, no será porque no tuvimos la motivación y ayuda necesaria. Y sabiendo que Él no nos quiere dejar a pesar de todo, me da la energía que necesito para tener éxito. Dios y Cristo no pueden hacer otra cosa que cuidar de nosotros, bendecirnos, y ayudarnos pero si vamos a ellos. No pueden dejar de bendecirnos. Tienen que hacerlo. Es su naturaleza.




Ahora me gustaría hablar de una manera más personal y así sentirnos más identificados. Dios me ama así como ama a Sus profetas vivientes. Yo soy una de las razones por las que hay profetas vivientes. Dios me ama así como ama ayer y hoy a José Smith. Yo soy una de las razones de la Restauración. Dios me ama así como ama a Jesús. Yo soy una de las razones de la Expiación. Dios me ama porque soy su viva imagen y Él se ve en mí. Hay muchas razones más por las que me ama, pero puedo resumirlo en una sola; Dios me ama porque soy literalmente Su hijo.

Dios ama a las personas de todas las épocas así como Él amaba a la gente a la que Cristo fue enviado en el meridiano de los tiempos. Alma preguntó: " ¿no es un alma tan preciosa para Dios ahora, como lo será en el tiempo de su venida?" (Alma 39:17). Pablo nos aseguró que nada nos puede separar del amor de Dios (Romanos 8:35-39). Jesús mismo dijo: " ¿Acaso se olvidará la mujer de su niño de pecho y dejará de compadecerse del hijo de su vientre? Pues, aunque se olviden ellas, yo no me olvidaré de ti." (Isaías 49:15).




Dios no es vengativo ni drástico. Obedece las leyes para conservar mi libertad. Más allá de esto, también se ve obligado a amarme como yo aprendo a usar esa libertad. En Doctrina y Convenios leemos que si un padre no le enseña a un hijo, el pecado caerá sobre la cabeza de los padres (D. y C. 68:25).

Sé que las cosas saldrán bien en su tiempo. Dios no se olvidará de mí, ni tampoco puede. Su corazón no lo dejará tranquilo si quedamos varados en medio de una tormenta como consecuencia de nuestros propios pecados.

“Así pues, recordad, recordad, mis hermanos, que el que perece, perece por causa de sí mismo; y quien comete iniquidad, lo hace contra sí mismo; pues he aquí, sois libres; se os permite obrar por vosotros mismos; pues he aquí, Dios os ha dado el conocimiento y os ha hecho libres." (Helamán 14:30).




La justicia de Dios no es el enemigo. Satanás es el enemigo (Moroni 7:12). Lucifer se centra en nuestra destrucción total y absoluta. Si hubiera tenido éxito en el mundo premortal en privarnos de la libertad de decidir, habría sido bloqueado nuestro progreso. Si hubiera tenido éxito en detener la expiación de Cristo, nunca podríamos obtener un cuerpo resucitado, y nuestros espíritus se sometería a él (Diablo). Dios y Cristo han sido victoriosos y Satanás y sus seguidores se han visto frustrados en cada punto de inflexión fundamental excepto uno el punto de inflexión en nuestras vidas individuales. Satanás no puede deshacer la Creación, la Caída, la Expiación o la Restauración. Él no puede tirar de ellos hacia abajo, por lo que en lugar de eso nos trata de tirar hacia abajo.




Por Fernando Illanes ©

CONFIAR Y CREERLE A CRISTO por Fernando Illanes ©

Cristo nos manda a perdonar a otros hasta 70 veces 7 (Mateo 18:22). ¿Por qué es tan difícil para nosotros creer que Él ya no nos perdonará más de una vez? Él entiende que nuestra condición de "carnales, sensuales y diabólicos" a consecuencia de la Caída (Alma 42:10) no nos permite perdonar con facilidad y con tanta concurrencia pero nos dice que hasta setenta veces siete debemos perdonar, pero si lo ha dicho el Señor es porque realmente podemos llegar a perdonar así. Pero, la capacidad para perdonar de Él, es la de un Dios que no está sujeto a la Caída, por lo tanto 70 veces 7 no es ni siquiera un decimal de la cantidad de veces que Él está dispuesto a perdonarnos, pero obviamente Él espera que creamos eso y le pidamos perdón con un arrepentimiento sincero.

(Fernando Illanes, Mera Teología; Cap. 37 La Salvación)



ALGO QUE NO QUEREMOS RECONOCER COMO MANDAMIENTO Y CONVENIO DEL TEMPLO Por Fernando Illanes

 

Admito que al ver la necesidad de escribir este ensayo, mi hombre natural inmediatamente me gritó; “¡¡Noooo!! ¿¿Qué quieres escribir sobre qué?? ¿¿Las muchas letras te han enloquecido o qué?? Más bien que me tienes. Ahora cambia de idea y escribe no sé, de algo acerca de los 10 Mandamientos, pero que ni se te vuelva a ocurrir escribir sobre ese tema” Les aseguro que no exagero, pero este tema ya lo había aplazado bastante tiempo y creo que ya debo publicarlo.
He encontrado que una de las cosas más difíciles de hacer es establecer una vida equilibrada de ser fiel sin ser desagradable, tener la razón sin arrogancia, ser tolerante sin ser cobarde. He encontrado que es especialmente difícil ser feliz y alegre, ser sociable y tener un sentido del humor sano, sin perder el control de mis emociones y ser frívolo. Obviamente, el Señor se ofende cuando se habla con ligereza de las cosas sagradas, profanando así lo sagrado con un espíritu de broma, o ser vulgar o crudo en nuestra forma de hablar o de humor, pero también el prolongado desperdicio de tiempo en charlas sin un benéfico propósito, chistes o conversaciones livianas es peligroso para nuestras consecuencias eternas.
Algo muy dentro de nosotros, nos susurra que esto no está nada bien, que hay algo inapropiado sobre la risa ruidosa y frivolidad. Y eso es exactamente lo que el Señor dijo a los Santos de los Últimos Días. Después de haber dado instrucciones a los primeros santos en cuanto a honrar el día de reposo, aconsejó: "Y si hacéis estas cosas con acción de gracias, con corazones y semblantes alegres, no con mucha risa, porque esto es pecado, sino con corazones felices y semblantes alegres, de cierto os digo, que si hacéis esto, la abundancia de la tierra será vuestra"(D. y C. 59:15-16, énfasis añadido).
En la revelación dada al profeta José como la "hoja de olivo", el Maestro mismo nos enseña a "desechad vuestros pensamientos ociosos y risa excesiva de entre vosotros." Y también nos dijo: "Por consiguiente, cesad de todas vuestras conversaciones livianas, de toda risa, de todos vuestros deseos de concupiscencia, de todo vuestro orgullo y frivolidad y de todos vuestros hechos malos" (D. y C. 88:69, 121). Creo que la advertencia en contra de "conversaciones livianas" y "frivolidad" es una declaración de preocupación divina sobre la vanidad o tratar a la ligera las cosas de Dios, ya que la vanidad trae condenación (D. y C. 84:54-55).
En la sesión de clausura de la primera conferencia general de la presidencia de la Iglesia, el presidente Harold B. Lee con amor pero con firmeza, aconsejó a la Iglesia en relación con el exceso de risa en una reunión general de la conferencia: " Algunas veces me pregunto si olvidamos que todo lo que decimos en este sagrado edificio sale al aire. Eso no significa que debamos estar sombríos, que no debemos mostrar nuestro gozo; pero debemos controlar nuestras expresiones de gozo, no de una manera tal que pueda aumentar hasta alcanzar un crescendo que podría ser mal entendido por aquellos que están escuchando en el exterior. Pienso que estaría bien que recordásemos, tomando en cuenta la responsabilidad que debemos al más alto Dios." (Una bendición para los Santos, Conferencia General de Octubre de 1972).

Los que me conocen bien saben que tengo una especie de sentido del humor como una terapia restauradora diaria, trato de ver todo a mí alrededor como oportunidades de sonreír. Durante las últimas semanas y después de tantos sabios consejos de mi novia Natalia he tratado de bajar el tono de risa y regir mis bromas estrictamente bajo límites preventivos a la frivolidad porque tengo tan tremenda admiración por ella y por lo tanto su consejo obviamente es para mi bien. He quedado fascinado por palabras que hay en las Escrituras que se usan para recordar el mandamiento y convenio del Templo, pero que yo antes no le había dado el valor que hoy recién le veo. Las palabras son sobrio, cordura, seriedad, juicioso y solemnidad. Observe las siguientes escrituras:

"Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento .... Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, SINO QUE PIENSE DE SÍ CON CORDURA, CONFORME A LA MEDIDA DE LA FE QUE DIOS REPARTIÓ A CADA UNO" (Romanos 12:2-3, Mayúsculas añadidas para dar énfasis).

"Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón; porque todos vosotros sois hijos de luz, e hijos del día; no somos de la noche, ni de las tinieblas. Por tanto, NO DURMAMOS COMO LOS DEMÁS, SINO VELEMOS Y SEAMOS SOBRIOS." (1 Tesalonicenses 5:4-6, Mayúsculas añadidas para dar énfasis).

“Por tanto, teniendo CEÑIDOS LOS LOMOS DE VUESTRO ENTENDIMIENTO, SIENDO SOBRIOS, tened plena esperanza en la gracia que os será presentada cuando Jesucristo os sea manifestado." (1 Pedro 1:13, Mayúsculas añadidas para dar énfasis).

“Pues bien, mis amados hermanos, yo, Jacob, según la responsabilidad bajo la cual me hallo ante Dios, de MAGNIFICAR MI OFICIO CON SERIEDAD, y para limpiar mis vestidos de vuestros pecados" (Jacob 2:2, Mayúsculas añadidas para dar énfasis).

“Mas les enseñaréis (a los niños) a andar por las vías de la verdad y LA SERIEDAD; les enseñaréis a amarse mutuamente y a servirse el uno al otro" (Mosíah 4:15, Mayúsculas añadidas para dar énfasis).

“Y ahora bien, hijo mío (Helamán) asegúrate de cuidar estas cosas sagradas; sí, asegúrate de acudir a Dios para que vivas. Ve entre este pueblo y declara la palabra y SÉ JUICIOSO. Adiós, hijo mío." (Alma 37:47 Mayúsculas añadidas para dar énfasis).

"Y todos ellos eran jóvenes, y sumamente valientes en cuanto a intrepidez, y también en cuanto a vigor y actividad; mas he aquí, esto no era todo; eran hombres que en todo momento se mantenían fieles a cualquier cosa que les fuera confiada. Sí, eran hombres verídicos y SERIOS, pues se les había enseñado a guardar los mandamientos de Dios y a andar rectamente ante él." (Alma 53:20-21, Mayúscula añadida para dar énfasis).

"He aquí, no os condeno; id y no pequéis más; cumplid con SOLEMNIDAD la obra que os he mandado." (D. y C. 6:35, Mayúscula añadida para dar énfasis).

"Tomad sobre vosotros el nombre de Cristo, y declarad la verdad con SOLEMNIDAD." (D. y C. 18:21, Mayúscula añadida para dar énfasis).

"Atesorad estas cosas en vuestro corazón, y reposen en vuestra mente las solemnidades de la eternidad. SED SOBRIOS. Guardad todos mis mandamientos. Así sea." (D. y C. 43:34-35, Mayúsculas añadidas para dar énfasis).

En la época de José Smith, la palabra sobrio se refiere no sólo a la libertad de la intoxicación, sino también a la templanza (auto-control). Los Santos de los Últimos Días son, por naturaleza, un pueblo feliz, y, como ha observado, el profeta José Smith: "La felicidad es el objeto y propósito de nuestra existencia" (Enseñanzas del Profeta José Smith, pag. 255). El rey Benjamín enseñó que los que guardan los mandamientos de Dios son " bendecidos en todas las cosas, tanto temporales como espirituales; y si continúan fieles hasta el fin, son recibidos en el cielo, para que así moren con Dios en un estado de interminable felicidad." (Mosíah 2:41). La vida puede ser divertida, puede ser agradable, y algunas cosas simplemente cosquillean inevitablemente nuestro hueso de la risa. Pero también somos un pueblo que sabemos quiénes somos, por qué estamos aquí y hacia dónde vamos. Sabemos que algunas cosas son muy importantes, más que otras cosas.

Ser sobrio y no ser frívolo no debe tomarse a la ligera. El Señor nos dio como convenio del Templo, el evitar la frivolidad y risotadas. No quiere que seamos miserables en el ejercicio de su Obra, por el contrario, desea que sintamos el más profundo de los placeres y de la paz sublime que se derivan del servicio justo y obediente. No debemos olvidar, sin embargo, que la vida es, de hecho, una misión, no una carrera, para que cuando todos los reinos de este mundo hayan sido nivelado en el suelo y cuando todos los terribles males se hayan corregido, las ciudades de Sión permanecerán para siempre, pobladas por hombres y mujeres que son puros de corazón (D & C 97:21) y se hayan entregado a su Señor y Maestro (Helamán 3:35). Estamos sobre el asunto de la salvación de las almas (incluida la nuestra), y eso es un asunto serio. Estamos sobre el negocio de disfrutar el poder del sacerdocio en nuestro hogar, y eso es un asunto muy serio. Y, por último, como pueblo del convenio estamos muy involucrado en el intento de ser la sal de la tierra y luz del mundo (D & C 101:39-40) En resumen, disfrutar de la vida nunca debe nublar nuestra visión de la importancia de la Vida Eterna.

Al ser este un mandamiento difícil de recordar y cumplir, también es difícil identificar cuando lo estamos quebrantando. Sugiero hacernos las siguientes preguntas para analizarnos:

1. ¿Soy lo suficientemente responsable para reconocer cuando mi risa está más allá de los límites de la decencia?
2. ¿Entiendo cuál es la diferencia entre ser feliz y ser un “alegre bullicioso”?
3. ¿Sonrío sin llegar a impresionar a los demás por el volumen de mi risa y los gestos que acompañan a esta?
4. ¿Prolongo mi risa varios segundos más, después que todos ya dejaron de reír?

En fin reconozco muy bien que en este mandamiento y convenio del Templo debo mejorar mucho a lo igual que muchos de los que leerán este ensayo y creo que podemos mejorar al recordar las palabras sobrio, cordura, seriedad, juicioso y solemnidad antes de actuar.

¿SEÑOR POR QUÉ ME HAS DESAMPARADO? Por Fernando Illanes ©


“¿Hasta cuándo Señor debo aguantar esta prueba? ¿Cuándo escucharás mis clementes oraciones pidiendo que se acabe mi dolor?” En el pasado los hombres llegaron a exclamarle al Señor estas dos preguntas. Hoy en día hay millones de personas que le exclaman lo mismo al Señor y por seguro esto se repetirá con la humanidad en todas las épocas futuras.

“¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no me salvarás?” exclamó el profeta Habacuc (Habacuc 1:2)

“JUSTO eres tú, oh Jehová, cuando yo contiendo contigo; sin embargo, hablaré contigo sobre tus juicios. ¿Por qué es prosperado el camino de los malvados, y les va bien a todos los que se portan deslealmente?” Sorprendentemente Jeremías le exclama con respeto al Señor (Jeremías 1:1)

Los profetas de Dios como Alma y Amulek, experimentaron en carne propia una injusta persecución, sufrimiento y la inhumanidad de los impíos, que hizo que gritaran; “¿Cuánto tiempo, oh Señor, sufriremos estas grandes aflicciones?” (Alma 14:26)

Incluso el profeta José Smith cabeza de esta última dispensación, que había mirado a las extensiones de la eternidad, había recibido innumerables revelaciones, y se había comunicado con el Padre y el Hijo, en la agonía de su propio sufrimiento tenía más preguntas que respuestas. "Oh Dios, ¿en dónde estás? ¿y dónde está el pabellón que cubre tu morada oculta? ¿Hasta cuándo se detendrá tu mano, y tu ojo, sí, tu ojo puro, contemplará desde los cielos eternos los agravios de tu pueblo y de tus siervos, y penetrarán sus lamentos en tus oídos? Sí, oh Señor, ¿hasta cuándo sufrirán estas injurias y opresiones ilícitas, antes que tu corazón se ablande y tus entrañas se llenen de compasión por ellos?" (D & C 121: 1-3).
No sólo tenemos a los profetas, con sus propios puntos de vista espirituales únicos, luchando a través de las edades para conciliar la realidad de un profundo sufrimiento y la injusticia en el mundo con su profunda fe en un Dios todopoderoso y lleno de amor. Incluso el Maestro, ante las agonías incomprensibles de Getsemaní y Gólgota, exclamó: “¡Elí, Elí!, ¿lama sabactani? Esto es: ¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46) Dada su naturaleza divina, Él sabía todas las respuestas correctas, sin embargo, su naturaleza mortal cuestionó cuando fue confrontado con el dolor y el sufrimiento que sorprendentemente superó su propio entendimiento y expectativa.


Élder Neal A. Maxwell declaró. "Imagínese, Jehová, el Creador de este y otros mundos, ¡¡¡sorprendido!!! Jesús sabía cognitivamente lo que debía hacer, pero no por experiencia. Nunca había conocido personalmente al exquisito y exigente proceso de la expiación antes. Así, cuando la agonía llegó en su plenitud, ¡era mucho, mucho peor de lo que él con su inteligencia única nunca imaginó! Por eso no me extraña que un ángel se le apareció para fortalecerlo (Lucas 22:43)” (Liahona Enero 1985, “Dispuesto a someterse”)

Es a partir de este choque aparentemente contradictorio entre preguntas y respuestas, entre las explicaciones y experiencias entre los conocimientos que tenemos en nuestras cabezas y la comprensión que viene del corazón, que se puede producir un mayor crecimiento espiritual. La verdadera fuente de consuelo y comprensión no se encuentra en las respuestas intelectuales, sino en el que nos invita: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas." (Mateo 11:28-29)

No es suficiente con encontrar respuestas a estas dos preguntas con las que el hombre exclama ante una supuesta indiferencia de Dios ante su adversidad, sino que debemos entender que la eternidad tiene más valor que esta vida temporal, ya que los quejidos y lamentos en la eternidad no tienen solución, más en la vida Terrenal, sí.

Cuando lleguemos a exclamar; “¿Hasta cuándo Señor debo aguantar esta prueba? ¿Cuándo escucharás mis clementes oraciones pidiendo que se acabe mi dolor?” Debemos recordar que tales preguntas no son señales de un espíritu deficiente ya que grandes profetas y hasta el mismo Salvador llegaron a preguntar lo mismo. Y también debemos recordar que es precisamente en esos momentos que podemos decir a lo igual que el Señor "Elí, Elí Lama Sabactani (¿por qué me has desamparado?)" para luego dentro de la misma circunstancia decir "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" ¡ QUÉ GRANDEZA SE NOS PERMITE IMITAR A TRAVÉS DEL INSOPORTABLE Y DESESPERANTE DOLOR EN LA SOLEDAD !

Recuerde; el Señor no le exige perfección ni que sea de acero para no llorar y clamarle (con respeto) que quiere ¡ya! que acabe su dolor, pero Dios sí quiere que confíe en Su sabia y puntual agenda para solucionar penas y angustias, porque Él ve algo que usted no puede ver, y eso es su fina alma y espíritu temple de aquí a pocos años.

"No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros." (Juan 14:18)

Por Fernando Illanes ©

¿DIOS NOS BENDICE AÚN SIN MERECERLO? por Fernando Illanes ©




¿DIOS BENDICE AUNQUE NO LO MEREZCAMOS?

(Utilizaré el Diezmo como ejemplo, pero se puede aplicar a cualquier mandamiento)

Hay miembros que creen y hasta tienen experiencias hermosas gracias al Diezmo, y aún así a veces no pagan Diezmo. Hay miembros que saben de la veracidad de la Palabra de Sabiduría y sin embargo no la cumplen, como en mi caso ya que yo sé que me hace mal la Coca Cola y a veces simplemente no me resisto a tomarla. Y así podemos citar varios ejemplos y después de hacerlo viene mi pregunta "¿Dios nos bendice aunque a veces no lo merezcamos?" y planteo esto porque constantemente escuchamos decir en oraciones, testimonios y discursos que Dios nos bendice aún sin merecerlo y eso es un concepto claro y sin discusión que dice que Dios a veces es más misericordioso que justo.

Cuando alguien ora la bendición de la Santa Cena y se equivoca y se equivoca y se equivoca una y otra vez ¿qué dice el manual de instrucciones respecto a esto? dice que se debe pedir que otro presbítero la diga inclusive pueden estar 3 presbíteros en la mesa sacramental, y se lo incentive con amor al que no pudo orar a que espere para una próxima vez y que lea y practique en los siguientes días la oración. Pero la instrucción es clara DEBE SER PERFECTA Y TEXTUALMENTE MENCIONADA LA ORACIÓN, SIN NINGUNA ALTERACIÓN.

¿Cómo creen que se siente el presbítero que se le pida que ya no ore? PÉSIMO. Algunos obispos pensando en que es un converso o es un jovencito recién avanzado y que por eso está nervioso y para no herirlo o humillarlo, aprueban la bendición en la 3era o 4ta o 5ta oración a pesar de no haber sido correctamente bendecida la Santa Cena. El Señor ni un ápice quiere que alteremos lo que Él ya ha decretado (Alma 42:25)

Quiero seguir con el ejemplo del Diezmo, pero se puede aplicar a cualquier mandamiento. Es cierto que a veces alguien puede dejar de pagar su Diezmo y sin embargo tiene solvencia, alimentos, trabajo, etc. pero esto no es debido a que Dios dice:

"ay hijo(a) ¿no quieres cumplir? ni modo, está bien igual de todos modos te daré lo que prometí para los que cumplieran"

De ninguna manera Dios sería así. Entonces ¿por qué parece que somos bendecidos cuando no lo merecemos? Esto es debido a que Dios conoce el fin desde el principio y Él ya ve que en futuras semanas o meses o en el ajuste de Diezmo el miembro se nivelará y pagará. También el hecho que durante buen tiempo fue buen pagador de Diezmo y a veces llegó a sufrir de deudas, falta de solvencia, un mal trabajo ¿acaso el Señor es injusto y no cumple con nosotros cuando nosotros cumplimos? no, simplemente considero que hay por así decirlo un "banco de bendiciones merecidas ahorradas" para el momento que Dios vea más apropiado darnos, incluso en un buen momento económico, porque es un hecho irrefutable que DIOS NO NOS VA A RETENER INJUSTAMENTE ALGO QUE NOS HEMOS GANADO, COMO TAMPOCO NO NOS DARÁ NADA QUE NO NOS HAYAMOS GANADO porque de así hacerlo, Dios dejaría de ser Dios porque no puede controlar sus emociones y bendice a sus amados hijos sin importarle la Justicia (Alma 42:25)



Saulo de Tarso quedó ciego por días después de la experiencia que tuvo con el Señor camino a Damasco buscando cristianos para apresarlos y posteriormente ser juzgados de muerte. Pero veamos que enseñanza podremos extraer de esa experiencia amarga para el pecador Saulo:

"Y él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Él, TEMBLANDO Y TEMEROSO, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga?" (Hechos 9:5-6)

Ahora veamos qué significa "aguijón"

"¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? EL AGUIJÓN DE LA MUERTE ES EL PECADO" (1 Corintios 15:55-56)

"Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un AGUIJÓN en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera. Con respecto a lo cual TRES VECES HE ROGADO AL SEÑOR QUE LO QUITE DE MÍ. Y me ha dicho: TE BASTA MI GRACIA; porque mi poder se perfecciona en la debilidad." (2 Corintios 12:7-9)

Efectivamente Saulo no merecía el perdón que le rogó hasta 3 veces al Señor siendo Pablo ya un Apóstol misionero, sin embargo el Señor no quiso quitarle ese remordimiento simbolizado como aguijón incrustado y le rechazó las 3 veces que le rogó Pablo y fue así porque la Justicia no lo permitía y también porque Pablo tenía tendencia a gloriarse pero este aguijón era su "estate quieto" con el que el Señor le ayudaba, pero el Señor le permitió a Pablo compensar su persecución anti-cristiana, con su obra misional cristiana para ser bendecido.

El mismo ejemplo tenemos con la mujer adultera in-fragante a la que Jesús le da una oportunidad de arrepentirse cuando dice "el que esté libre de pecado sea el primero en arrojar la piedra" y luego el Señor le dice "Vete y no peques más" cuando sin embargo generalmente decía "tus pecados te son perdonados" pero no, no lo hizo porque la justicia no permite eso, a menos que se arrepienta.
Es interesante notar que Alma hijo quien tuvo una experiencia similar a la de Saulo, habla con su hijo Coriantón y le dice:

"Y ahora bien, hijo mío, percibo que hay algo más que inquieta tu mente, algo que no puedes comprender, y es concerniente a la justicia de Dios en el castigo del pecador; porque tratas de suponer que es una injusticia que el pecador sea consignado a un estado de miseria." (Alma 42:1)

Y también me recuerda la escritura que dice:

"Y también habrá muchos que dirán: Comed, bebed y divertíos; no obstante, temed a Dios, pues él justificará la comisión de unos cuantos pecados" (2 Nefi 28:7)

Coriantón (hijo de Alma) al parecer no había podido entender o aceptar el hecho inalterable de que Dios no puede premiar a quien no cumple porque es justo, Dios debe impartir imparcialmente recompensas o castigos en relación con la obediencia o desobediencia de sus hijos a los principios eternos del Evangelio. No es la naturaleza de los hombres y mujeres de nuestro estado pecaminoso y caído abogar por la justicia sobre nosotros mismos. No queremos recibir aquello que justamente merecemos.

Al igual que Coriantón, preferimos centrarnos en el amor, la compasión y la misericordia de Dios y pasar por alto el hecho de que nuestro Padre Celestial es un Dios de justicia también. La Ley de la Justicia en el Universo siempre exigirá consecuencias penitentes para quienes no cumplen, pero también La Ley de la Justicia en el Universo exigirá consecuencias bendecidas para los que cumplen. Por lo tanto Dios no nos bendice en algo que no merecemos.

"Y ¿cómo podría el hombre arrepentirse, a menos que pecara? ¿cómo podría pecar, si no hubiese ley? y ¿CÓMO PODRÍA HABER UNA LEY SIN QUE HUBIESE UN CASTIGO?" (Alma 42:17 Mayúsculas agregadas para dar énfasis)

"Y también, si no hubiese ninguna ley contra el pecado, los hombres no tendrían miedo de pecar. (cambien pecar por incumplir) Y si no se hubiese dado ninguna ley, ¿qué podría hacer la justicia si los hombres pecasen? ¿o la misericordia? Pues no tendrían derecho a reclamar al hombre." (Alma 42:20-21)

¿Dios actúa con Justicia y misericordia al mismo tiempo? Si! Por ejemplo Jonás el que fue tragado por un gran pez fue enviado por el Señor para predicarle el arrepentimiento al pueblo de Nínive y así no sean destruidos por la Justicia. Entonces puntualicemos; si no se arrepentía este pueblo, tenía que ser destruido (Justicia) y Dios manda a Jonás a advertirles para que se arrepientan y no sean destruidos (Misericordia) Jonás les predica y qué pasa? se arrepienten y la justicia dice que el arrepentido puede ser perdonado por la expiación de Cristo (Justicia) y Dios los perdonó (Misericordia)

PERO SI NO SE ARREPENTÍAN??? QUE HUBIERA PASADO??? IBAN A SER DESTRUIDOS (Justicia) CREES QUE DIOS LOS HUBIERA PERDONADO IGUAL??? OBVIAMENTE QUE NO! y precisamente esa fue la suerte de Sodoma y Gomorra.

Élder Dallin H. Oaks del Quórum de los Doce dijo; "El amor de Dios no sustituye Sus leyes ni Sus mandamientos, y el efecto de éstos no disminuye el propósito ni el efecto de Su amor." ("El amor y la ley" Dallin H. Oaks en la conferencia general de la Iglesia Octubre del 2009)

Yo digo y sostuve con escrituras que Dios no puede bendecir a quien no cumple, o sea si no cumplí con la ley del diezmo pero si estoy cumpliendo con la ley del ayuno y de ofrendas ¿EN CUAL ME VA A BENDECIR? OBVIO QUE SÓLO EN LA LEY QUE CUMPLÍ Y NO EN LA QUE NO CUMPLÍ PORQUE NO LO MEREZCO.

Y si se me bendice con las bendiciones ligadas a la Ley del Diezmo a pesar de no cumplirla porque Dios me ama...¿QUÉ CLASE DE DIOS ES? ¿QUÉ CLASE DE PLAN DE SALVACIÓN ES SI NO SE NECESITA OBEDIENCIA PARA GANAR BENDICIONES?

Conclusión: Dios nos bendice con lo que merecemos y no con lo que no merecemos. La misericordia de Él se ve en el hecho de que nosotros somos ingratos, desobedientes y hasta veces lo vemos como un extraño a Dios, y aun así Él quiere seguir sintiéndose interesado y preocupado por nuestra Salvación.

Dios no nos bendice cuando no lo merecemos y la escritura es muy clara: "Hay una ley, irrevocablemente decretada en el cielo antes de la fundación de este mundo, sobre la cual todas las bendiciones se basan; y cuando recibimos una bendición de Dios, es porque se obedece aquella ley sobre la cual se basa." (D & C 130:20-21)

"Yo, el Señor, estoy obligado cuando hacéis lo que os digo; MAS CUANDO NO HACÉIS LO QUE OS DIGO, NINGUNA PROMESA TENÉIS." (D & C 82:10)

"¿Qué, supones tú que la misericordia puede robar a la justicia? Te digo que no, NI UN ÁPICE. Si fuera así, Dios dejaría de ser Dios." (Alma 42:25)




por Fernando Illanes ©

viernes, 23 de agosto de 2013

"... Y TU LE HERIRÁS EL CALCAÑAR"


Génesis 3:15 Y pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

Sabemos que éstas son palabras de Dios a Lucifer en la ocasión en que Dios reprende a Eva por dejarse engañar con la serpiente (Lucifer).
Generalmente la mayoría no entiende el significado de la última frase "y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar."
El calcañar es la parte posterior de la planta del pie. La promesa relativa a la herida en el calcañar y la cabeza significa que mientras Satanás (como la serpiente) heriría el calcañar del Salvador por medio de los dirigentes judíos para torturarlo y crucificarle, ese mismo acto de Expiación daría a Cristo la fuerza para vencer el poder que Satanás tiene sobre los hombres y deshacer los efectos de la Caída. Por lo tanto, la simiente de la mujer (Cristo) aplastará la cabeza de la serpiente (Satanás y su reino) con el calcañar herido (el sacrificio expiatorio).

Por Fernando Illanes. ©